El Camino de Santiago en el cine

El Camino de Santiago en el cine

Posted by iraltacamino | Thursday March 24th, 2016


Por José Sánchez Mendoza

El Camino de Santiago lo tiene todo para ser un gran escenario fílmico: herencia histórica, belleza, espiritualidad e incluso una potente carga esotérica. Sin embargo, la producción cinematográfica sobre la Ruta Jacobea no es ni muy abundante ni muy conocida. Quizá la causa sea la secular incapacidad española para vender bien lo nuestro. Nos pasa con el vino, con el aceite de oliva y también con el patrimonio cultural.

En cualquier caso, sí que hay un puñado de películas que tienen el Camino como telón de fondo. Las producciones hollywoodienses son las menos y además tienden a regodearse en los peores tópicos y estereotipos sobre nuestro país (¿a alguien le ha venido a la memoria el sonriente rostro de Tom Cruise?), pero entre la miasma también hay pequeñas joyas a reivindicar. Aquí van algunos ejemplos de cine peregrino:

El Pórtico de la Gloria (1953): el famoso conjunto escultórico románico da nombre a este producto filmado a mayor gloria de José Mojica, toda una celebridad en los 50 y tan polivalente que igual te cantaba un bolero que te daba la Extremaunción (además de actor y tenor, era cura).

Argumento: El fraile mexicano Fray José de Guadalupe (Mojica) viaja a España con el orfeón Infantil Mexicano con motivo del año Jacobeo. El orfeón arrasa y se lo rifan en todo el país, mientras Fray José ejerce de mediador entre la ex cantante Pilar y su viejo amor Diego. Además, Fray José, del que ya se ha destacado su multifuncionalidad, hace de detective y averigua que uno de los niños del orfeón, Jaime, es el hijo perdido de Pilar.

¿Se gana el Jubileo? Rodada en plena posguerra por Rafael J. Salvia (que una década después firmaría Atraco a las tres) es poco más que una fábula de exaltación religiosa con tintes de melodrama. Sin embargo, es imposible entender aquella España, entonces “reserva espiritual de Occidente” sin el visionado de este tipo de películas. Además, Lola Herrera aparece en uno de sus primeros papeles. Denle una oportunidad, aunque sea sólo como documental involuntario. Y si les gusta, no se pierdan Marcelino Pan y Vino.

El valle de las espadas (1962): coproducción hispano-estadounidense de cierto lujo en cuanto a medios que intentaba subirse al carro de éxitos como El Cid de Anthony Mann. Ambientada en el siglo X, el elemento jacobeo está presente hasta el punto de incluir una aparición milagrosa del apóstol Santiago en plena batalla cristiana contra la morisma.

Argumento: adaptación de la bellísima leyenda medieval que cuenta cómo el conde Fernán González consigue del rey Ramiro II de León la independencia de Castilla a cambio de regalar al monarca un caballo y un azor.

¿Se gana el Jubileo? Ni Espartaco Santoni (que interpreta a Fernán González) es Charlton Heston ni había ningún Samuel Bronston para producir, así que esta épica a la española se estrelló en taquilla. Pero en Camino360º la reivindicamos. Hay batallas, intrigas y romance, y es el insigne Fernando Rey quien encarna al rey Ramiro. Además, son pocas las películas que retraten nuestra fascinante Edad Media, otro semillero de grandes historias desaprovechado. Y en el título hay espadas, otro punto a favor.

Cotolay (el niño y el lobo) (1965): Seguimos en el siempre atractivo Medievo, adonde el cineasta falangista José Antonio Nieves Conde (padre de la fundamental Surcos) nos traslada para contarnos las aventuras del travieso Cotolay.

Argumento: Estamos en el muy caballeresco siglo XIII, el del inicio del gótico, con la batalla de las Navas de Tolosa en ciernes. Tres frailes reciben del mismo Dios la orden de levantar el primer convento de la Orden Franciscana en tierras del Camino. Para esta tarea recibirán la ayuda de Cotolay, un golfillo gallego más listo que el hambre, pero con un corazón más grande que la plaza del Obradoiro.

¿Se gana el Jubileo? Es un filme bienintencionado y tierno, para ver en familia, que cuenta además con la presencia estelar de Vicente Parra (Donde vas Alfonso XII, Nobleza baturra). Como en El Pórtico de la Gloria, la religión es omnipresente en un filme que parece hecho para producir nuevos frailes como Top Gun produjo nuevos pilotos para las fuerzas aéreas yanquis. Si se ve sin prejuicios, son muy disfrutables las hermosas localizaciones y la cuidada ambientación. ¡Y sale el Maestro Mateo en plena faena!

La vía láctea (1969): El Camino de Santiago se benefició del arte de Luis Buñuel con esta –como no podía ser de otra manera- surrealista y personalísima obra, que se desarrolla a través de una narrativa no lineal.

Argumento: dos peregrinos franceses inician su travesía hacia Compostela, que acaba convirtiéndose en un viaje iniciático en el que son testigo de las atrocidades, la sinrazón y la crueldad del fanatismo religioso medieval.

¿Se gana el Jubileo? Un Buñuel crepuscular da rienda suelta a sus obsesiones religiosas y a su osadía ideológica en una obra que apela a la inteligencia del espectador y le invita a formarse su propia opinión sobre el hecho religioso. ¿Qué más quieren, a Brad Pitt? ¡Véanla ya!

Flor de santidad (1973): Basada en una novela de Ramón María del Valle-Inclán (quien, por cierto, murió en Santiago) nos retrotrae a la Galicia del siglo XIX, pobre y atrasada, para colocarnos un dramón de los que se han de ver con un paquete de kleenex a mano.

Argumento: los habitantes de un desangelado poblacho gallego se niegan a dar hospedaje a un peregrino y éste no se contenta sólo con maldecirles, sino que además se beneficia a Adega, la más linda rapaza del lugar. Con las Guerras Carlistas en curso, no está el horno para bollos, y los aldeanos responden matando al caminante. La tragedia está servida.

¿Se gana el Jubileo? Adolfo Marsillach era un gran director de teatro, pero no encontró su camino con este material. Rodada con escasos medios, contiene escenas de cierta intensidad pero en conjunto se resiente de la falta de ritmo y un apartado musical que no convence. Es una pena que el personalísimo universo de Valle-Inclán no haya encontrado aún su traducción cinematográfica.

Galatasaray-Depor (One day in Europe) (2005): Cinta alemana que cuenta cuatro historias paralelas que tienen lugar el día de la inexistente final de la Liga de Campeones entre el Galatasaray turco y el Deportivo de la Coruña (AKA SuperDepor), en Moscú.

Argumento: En Moscú, Kate es desplumada en un barrio de mala nota; en Estambul, Rocco finge un robo para estafar a su aseguradora; en Berlín, Claude y Rachida también intentan timar al seguro escenificando un atraco… y en la Plaza de Quintana compostelana, al taciturno peregrino húngaro Gabor le sustraen su valiosa cámara de fotos. Cuatro casos de choriceo en cuatro distantes puntos del Viejo Continente que darán pie a todo tipo de situaciones absurdas mientras Europa vibra con una finalísima futbolera que –lo sentimos, blanquiazules- jamás tuvo lugar.

¿Se gana el Jubileo? La peli es simpatiquilla y hace sangre a costa de la incomunicación reinante en la Europa “unida”. El inmenso Luis Tosar propicia el momento más desternillante al liderar un motín de forofos gallegos retenidos en una comisaría moscovita que exigen una tele para ver el partido. “Pero mira que sodes fillos de p&%#, ¿eh?”.

Saint-Jacques… la Mecque (Peregrinos) (2005): La francesa Coline Serreau, que dio el pelotazo en su día con Tres solteros y un biberón, retrata a un grupo de personajes inmaduros y egoístas –su especialidad- que hacen el Camino por motivos espúreos.

Argumento: a la muerte de su madre, tres hermanos reciben la noticia de que sólo cobrarán la herencia si realizan juntos un peregrinaje desde Le-Puy-En-Velay (Francia) hasta Santiago. El problema es que se profesan un muy fraternal odio mutuo y encima no les gusta caminar, ambos requisitos indispensables para pasarlas canutas en la Ruta Jacobea. Pero el dinero tira más que dos carretas y se ponen en marcha.

¿Se gana el Jubileo? Tres hermanos emprenden el Camino de Santiago, en principio por pura ganancia económica, más tarde por la reconciliación y la redención. Comedieta con pretensiones que contiene algunas escenas oníricas con ínfulas buñuelianas (ver La Vía Láctea). Prescindible.

Gisaku (2005): 80 minutos de animación de aventuras a la española para un film creado con el objetivo de promocionar España como destino turístico en la Exposición Universal de Aichi (Japón) de 2005.

Argumento: el samurái Yohei lleva 400 años confinado en las catacumbas de Sevilla, sin subir a hacerle fotos a la Giralda ni nada, esperando para poder completar su misión sagrada: proteger la llave de Izanagi, que permite la entrada a los infiernos. Junto a sus amigos Ricky, Gisaku, Linceto y Moira deberá encontrar las piezas de la llave para frustrar los planes del malvado Gorkan. Para ello recorrerán toda España, desde Sevilla a Barcelona pasando, por supuesto, por diversos enclaves del Camino.

¿Se gana el Jubileo? Es la Guía Campsa hecha película. Todo en el guión está subordinado a ofrecer una imagen idílica de la España pre-crisis: adelantos tecnológicos y de I+D (¡!), hermosas villas históricas, ciudadanos amables y cultos, buena comida… Aunque la cinta es entretenidilla, la animación estilo Manga es acartonada y no muy brillante y el guión es de traca. Salvamos de la quema a Linceto, híbrido de humano y lince ibérico. El Lobezno patrio.

The Way (2010): El legendario Martin Sheen, que sobrecogió al mundo en su periplo a través de la selva vietnamita en Apocalypse Now, se pone a las órdenes de su hijo Emilio Estévez para embarcarse por segunda vez en un viaje místico: el Camino de Santiago.

Argumento: El oftalmólogo estadounidense Tom Avery (Sheen) recibe la noticia de que su hijo Daniel ha muerto en los Pirineos durante su travesía hacia Compostela. Tom decide calzarse las botas y reanudar la ruta donde la había dejado el malogrado Daniel, llevándose sus cenizas.

¿Se gana el Jubileo? Hacia la mitad de la película, el protagonista llega a Burgos, y como allí no hay vietcongs pero sí gitanos estereotipados, a éste también le roban. Con tanto delito en los filmes sobre el Camino, los yanquis van a acabar pensando que la Ruta Jacobea es más peligrosa que la periferia de Detroit. Menos mal que se impone la cordura y Tom termina uniéndose a una fiesta calé gracias a un patriarca que le habla en perfecto inglés. El resto se lo pueden imaginar: tópicos y más tópicos, mucha sensiblería de baratillo y poco más. A ojos de un español, el filme se termina convirtiendo en una involuntaria comedia (ese posadero navarro que torea con los manteles…). Sres. Sheen: mejor vayan a buscar al coronel Kurtz.

Ich bin dann mal weg (2015): Terminamos nuestro peregrinaje fílmico con una mención a esta película, cuyo título en alemán significa algo así como “Bueno, me largo”. Basada en el libro homónimo escrito por el humorista Harpe Kirkeling, cuenta cómo el artista decide abjurar de su vida de excesos y buscarse a sí mismo emprendiendo el Camino de Santiago. En Alemania ha sido un fenómeno y ya sólo queda esperar que llegue a nuestros cines para ver si es uno de esas raras cintas que hacen justicia al itinerario que vertebró Europa.

Blog Comments

Alguna joya interesante he descubierto!

“Linceto” ha sido muy celebrado en ciertos círculos sociales.

Excelentes referencias! Me quedo con La vía Láctea, de Buñuel .

Buena elección! Pero no se pierda al Espartaco Santoni pre-Marujita Díaz como Fernán González en ‘El Valle de las espadas’ 🙂

¡No sabía que había tantas! Me gustó The Way, eso de que se rodara en sitios conocidos y cercanos llamó mi atención. Es lo que tiene vivir en pleno Camino de Santiago. Echo en falta “Al final del camino” (2009), española en clave de humor, con Malena Alterio y Fernando Tejero, me reí un rato.
Muy interesante la web, seguro que me acabo animando a hacer más de una etapa..Buen trabajo!

La última película parece muy divertida, espero que llegue a nuestros cines!

Ojalá, aunque lo dudo mucho…

Creo que a mi madre le encantará la película alemana. Tiene más calidad que los deutsche Fernsehefilm a los que está acostumbrada a ver en en la tele. Ahora bien ¡qué gorda se he puesto Martina Gedeck!

Está claro que se llevó un botillo de recuerdo del Camino.

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